En este marco de innovación y creatividad se requieren emprendedores,
no sólo para crear empresas, sino para innovar en las establecidas,
haciéndolas más productivas y competitivas para los nuevos entornos
políticos, económicos y sociales. Hay quienes crean empresas, pero hay
quienes las transforman o mejoran.
Así pues, se ha definido la actividad emprendedora como la gestión del
cambio radical y discontinuo, o renovación estratégica. No importa que
esta renovación estratégica ocurra dentro o fuera de organizaciones
existentes, o si da lugar o no, a la creación de una nueva entidad de
negocio.