Creación de un ambiente para el espíritu emprendedor

Puesto que es una responsabilidad administrativa crear un ambiente que
facilite el logro eficaz y eficiente de las metas en grupo, los administradores
deben fomentar las oportunidades para que los emprendedores utilicen su
potencial para la innovación. Estos corren riesgos personales al iniciar el
cambio y esperan ser recompensados por sus esfuerzos, en ocasiones el
hecho de correr riesgos, incluso razonables, produce el fracaso, pero esto
se tiene que tolerar.
Los emprendedores necesitan tener un cierto grado de libertad para poner
en práctica sus ideas. Por esta razón, se requiere que se les delegue la
autoridad suficiente. Los riesgos personales para el emprendedor fuera de
la organización (la persona que inicia o tiene su negocio propio) son de
una clase diferente, el fracaso puede significar la quiebra.
Con frecuencia las personas innovadoras tienen ideas que son contrarias a
lo que se considera “sabiduría convencional”. Es normal que estas
iniciativas no les agraden mucho a sus colegas y que con frecuencia sus
contribuciones no se aprecien lo suficiente. Por lo tanto, no es de
sorprender que los emprendedores abandonen las grandes compañías e
inicien sus propios negocios. Por ejemplo, Steve Wosniak no pudo lograr
en Hewlett-Packard su sueño de construir una pequeña computadora; se
retiró de esa prestigiosa empresa y creó Apple Computer (junto con otro
empresario, Steve Jobs).
Las compañías progresistas, como IBM o 3M, intentan concientemente
desarrollar un ambiente organizacional que promueva el espíritu
emprendedor dentro de la compañía.
De igual manera, la cultura organizacional alineada con el castigo
implacable al fracaso, genera trabajadores temerosos e inmóviles. Para
permitir un mejor desempeño empresarial a través de una adecuada toma
de decisiones, debe transformarse dicha cultura de forma tal que sea
capaz de favorecer el desarrollo del espíritu emprendedor.
Barreras psicológicas
En el desarrollo del espíritu emprendedor surgen una serie de obstáculos
de tipo personal, que en muchas ocasiones impiden que una iniciativa
empresarial llegue a su ejecución:
1. Demora. Se evita lo que podría emprenderse o se producen retrasos
inapropiados.
2. Perfeccionismo. Se piensa que los objetivos no son realistas etc., en
realidad es una auto-excusa para demorar o evitar ponerse en marcha.
3. Miedo y dudas. Miedo al ridículo, la crítica, el rechazo o el fracaso.
Dudamos sobre nuestra propia capacidad, esfuerzo o éxito. Debemos
analizar los miedos y aprender de los errores.
4. Aplazar tareas desagradables. Temor al desagrado y a situaciones
tensas, como pedir recursos etc.
5. Negativismo. Oposición general a cualquier sugerencia, incluso propia.
6. Tarea abrumadora. El esfuerzo será más llevadero si se utiliza la
planificación, el análisis y la organización.